Sermón # 873

Domingo 3 de Febrero del 2013 – pm.

Por Rev. Carlos Navarro – Pastor

 

Título:  “El año nuevo, dejó de serlo”

Texto:  Romanos 12:1-2

 

Introducción:

 

     De la forma que han pasado las fiestas de fin de año y hemos quitado todos los adornos y motivos de celebración; así muchos de nosotros los cristianos hemos dejado atrás aquellas sensaciones y emociones que nos trajo la nueva vida en Cristo que tenemos.

 

     Estamos ya en el segundo mes del año y con el pasar de los dían también han pasado de nuestra mente muchas de las cosas que nos prometimos que haríamos en el 2013.  Somos personas que muy pronto perdemos el enfoque de nuestras vidas, perdemos rápidamente la motivación y perdemos rápidamente la dirección que dijimos que llevaríamos.

 

     La Vida Nueva en Cristo, ser lo que ahora somos, NUNCA debería de pasar… al contrario, estamos supuestos a ir hacia adelante y superando cada día, haciendo que los días que vengan tienen y deben ser mejor que los que ya pasaron.

 

     No podemos ser como:

 

-          El olor del interior de un carro nuevo

-          El olor del interior de la casa nueva

-          El olor de la ropa nueva

-          El olor de los zapatos nuevo

-          Etc.

 

     En Cristo debemos de mantener la frescura de la fragancia de la nueva criatura; es por eso que el apóstol escribe a los romanos haciéndoles notar que todo lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, son el motivo para presentarnos delante de él, con la actitud de hacer todo nuevo.  No esperemos que aquel pasaje de la Biblia que dice que hemos perdido nuestro primer amor, se aplique perfectamente a nosotros.

1.- No olvide su nueva naturaleza:           2a. Cor. 5:17

 

·        Nacido de nuevo, nacidos en la familia de Dios

·        Tenemos a Dios como Padre

·        Por hoy, viviemos sujetos al tiempo y al espacio, pero un día entraremos a la eternidad con Dios.

·        Antes estabamos muertos en delitos y pecados… ahora vivimos una vida con sentido y con propósito.

 

2.- No olvide su nuevo nombre:                    1 Juan 3:1

 

·        Tenemos el nombre más sublime que hombre alguno haya deseado ó anhelado en la vida.

·        Nadie más importante en la vida como el Padre que tenemos

·        No somos huérfanos

 

3.- No olvidemos nuestra esperanza:             Col. 1:27

 

·        Sabemos que si fallamos en algo, tenemos siempre la esperanza de querer ser mejores cada día.

·        Tenemos la esperanza de poder triunfar sobre aquellas cosas que nos oprimen

·        Tenemos la esperanza del retorno de Cristo

 

Existen muchas cosas más que son las que nos mantienen enfocados en lo que deseamos ser en la vida.

 

Por eso queremos que la alegría de esa vida nueva, de ese nuevo nombre y de la esperanza en Cristo nunca se vayan de nuestra vida.

 

Aprendamos a vivir de fiesta siempre… y no dejemos que nada ni nadie nos venga a robar el gozo de nuestra salvación y de la Vida Eternan.